MUJER ENCONTRÓ LA FÓRMULA MÁGICA CONTRA LAS ENFERMEDADES
No cualquier empresario mexicano recibe una llamada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, o de Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, para programar un encuentro y reconocer su labor empresarial. Pero esto sí le ocurrió a Gabriela León, fundadora de Gresmex.
Esta ingeniera bioquímica industrial creó una línea de antisépticos y desinfectantes tan poderosos que ayudan a detener pandemias. Asegura que no hay nada en el mundo que sea de gran efectividad y totalmente enfocado en matar todo tipo de virus, bacterias, hongos, gérmenes, esporas, microbacterias y tripanosomas, sin dañar al planeta.
La reunión con Obama se dio en 2013 durante su visita a México. Antes, ya había recibido una invitación a desayunar de Valerie Jarret, la asesora principal en la Casa Blanca para platicar acerca de su compañía. “De entrada uno no se la cree”, dice Gabriela, pero reconoce que “es muy motivante porque te das cuenta del alcance de tu producto”.
En ese entonces, esta empresaria ya tenía la innovación terminada con las regulaciones de la Cofepris. Aunque todavía estaba en el proceso de propiedad intelectual y no podía hacer mucha difusión. Con Lagarde la sorpresa también fue enorme. La buscaron a través de la oficina de Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público de México. “No sé como cómo supo de mí. Cuando platiqué con ella, me dijo que esta molécula sería un parteaguas para la humanidad”, recuerda.
Gabriela inició la investigación y desarrollo en nanotecnología en 2008. Hoy su empresa es la más grande a nivel mundial por su producción de 2,300 litros de nanopartículas al año, lo que se traduce en toneladas cuando llega a producto terminado.
El origen de la innovación
Con sólo dos años de edad, el hijo de Gabriela enfermó de rotavirus y estuvo a punto de morir. “Fue un shock muy fuerte y frustrante (como mamá y profesionista) porque aunque yo produzco antibacteriales desde hace 17 años, no tenía la forma de proteger el entorno de mi pequeño. Claro que usaba lo típico en casa: cloro, alcohol, jabones, etc., pero no me servían para exterminar a los virus.”
¿Qué hizo entonces? La enfermedad de su hijo duró 10 días, mientras tanto, ella hacía una búsqueda prácticamente internacional de proveedores de materias primas que pudieran matar a los gérmenes. También se dio a la tarea de indagar en artículos científicos para saber lo que estaba documentado. Al final de cuentas, no encontró un antivirus o una medicina en México y en el extranjero. Esto la empujó a ir tras una molécula que le pudiera dar un valor agregado a sus productos.
¿Y cuál es la innovación real? Una nanopartícula llamada Nbelyax, la cual, a diferencia de la quimioterapia, que ataca todolo malo (virus, gérmenes, etc.), pero también lo bueno (células sanas), tiene el poder de la bioselectividad, es decir, únicamente elimina los patógenos y lo que está saludable lo deja intacto.
Grandes alicientes
Gabriela ayudó a contener la pandemia del ébola en África. Por su certeza de contar con un producto muy efectivo contra toda clase de virus, se puso en contacto con el CEO de Fedex, Michael Ducker, y le dijo: “Tú tienes el transporte y yo tengo la producción, hagamos algo”. Así, mandaron un avión a Liberia con los antisépticos y desinfectantes de la marca Éviter.
Ya habían hecho muchas pruebas con virus que tenían ciertas características del ébola. Su virólogo les dijo que la probabilidad de eliminar al ébola era del 100%, al igual como han destruido a todos los demás gérmenes. “Estuvo padrísimo porque después recibimos una carta del Ministerio de Salud de aquella nación”, afirma.
Una de las primeras satisfacciones sucedió cuando una persona les escribió un correo electrónico expresando que su papá tuvo una cirugía a corazón abierto, y que el mayor riesgo no era la operación sino la infección que podía adquirir. Al final, todo salió bien. Le dieron las gracias al médico, quien les dijo que el éxito de la intervención se debía justamente al tipo de productos que utilizaban. Se refería a Éviter.
Otra anécdota surgió cuando les pidieron ayuda en la zona de terapia intensiva del Hospital de Pediatría “Dr. Silvestre Frenk Freund”. Allí había niños que llevaban tres meses internados por infección. “Con una sola aplicación pudimos reducir 93% de la carga microbiana. Durante los cinco días siguientes llegamos al 98%. Fue una experiencia espectacular.”
De hecho, las cifras en México son alarmantes: hay más muertes por infecciones intra-hospitalarias (44,028) que homicidios (23,063) y muertes por accidentes automovilísticos (15,847) juntos, según la Organización Mundial de la Salud y el INEGI.
La molécula también es aplicada en productos para la salud bucal y en el sector agrícola. Próximamente saldrá al mercado un gel lubricante vaginal en una fase preventiva contra posibles contagios de papiloma y VIH.
Los retos
Gresmex elabora más de 43 productos entre sus marcas propias. Ha crecido a un ritmo de 22% al año. Actualmente, Gabriela hace licenciamiento de Èviter en México y en 140 países donde ha registrado esta patente histórica. Fue nominada por el World Economic Forum al premio de la tecnología pionera en 2015 y al Emprendedor del Año de Ernst&Young Mexico en 2013. Fue invitada por la ONU a formar parte de la aceleradora UN Foundation, donde están las 100 empresas que pueden cambiar a la humanidad.
Pese a su éxito, Gabriela se ha enfrentado a la falta de dinero suficiente para seguir con el proceso de propiedad intelectual, innovación y desarrollo (las pruebas son muy caras). “No podemos ser juez y parte al llevar a cabo la molécula y querer comprobarla nosotros mismos”, explica. Por lo tanto, la mejor estrategia fue hacer la certificación fuera de la compañía, así como buscar a expertos como un virólogo muy reconocido en el país que realiza todo tipo de experimentación con diferentes virus.
Cuando recurrió a los bancos para solicitar crédito, la respuesta fue negativa. “En mi país poca gente cree en innovaciones de este impacto. Hasta cuando obtienes las certificaciones, registros sanitarios de la Cofepris y los trámites de propiedad intelectual cambia la postura en la negociación”, dice.
Ahora ya se le acercan inversionistas y firmas transnacionales. Ha logrado salir adelante gracias al apoyo económico de su familia y a la venta de sus marcas propias de antibacteriales y artículos para el cuidado del hogar, que comercializa en autoservicios como Soriana, Chedraui, Casa Ley y Grupo Idea.
La emprendedora también ha tenido que inculcar un nuevo sistema de desinfección y enfrentar el choque cultural por el uso del cloro desde casi dos siglos. Ha vivido el rechazo cuando no le compran producto porque no se presta a la corrupción o por ser mujer o manejar tecnología mexicana.
Fuente: Entrepeneur